En el mundo de hoy cada vez son pocos los espacios donde el ser humano puede tener un encuentro apartado de todo, un espacio para la espiritualidad, para encontrarse con Dios y consigo mismo. El ruido y la imagen se han convertido en distractores por excelencia, alejando al ser humano de la serenidad y la calma del espíritu; incluso, tristemente, de la familia.

En la actualidad, es mayor la necesidad y urge enseñar a los estudiantes, que son a su vez la generación del mañana, la gran riqueza del silencio, un stop en la vida que los invite a la reflexión, meditación y oración a la luz de la Palabra. Por ello, nuestra pastoral mercedaria, realiza espacios abiertos, guiados y acompañados que dan sentido y reconocimiento a las oportunidades y a los tiempos litúrgicos que nos regala la Iglesia. La Cuaresma es un espacio propicio para prepararse a vivir la fiesta más importante para el cristiano: La Resurrección.

Es relevante, en la formación mercedaria, capacitar a los niños y jóvenes desde los primeros años en el ejercicio y actitud de silenciarse tanto interna como externamente, de discernir lo que es lo justo ante Dios, de considerar ser una persona útil a la sociedad, de vivir valores evangélicos, optando por la libertad ante tantos vicios que esclavizan. En este sentido, se han practicado actividades, tales como mini retiros espirituales, Lectio divina, reflexiones personales de la cuaresma, diálogos reflexivos y celebraciones.

La Cuaresma es un tiempo propicio para la vivencia del carisma mercedario, donde un acompañamiento espiritual ayuda al estudiante en la construcción de su proyecto de vida, a descubrir su vocación, los dones que Dios le ha dado para desarrollarse, para planificar su existencia y encontrar el sentido de la vida en un Cristo que se entrega todo al servicio de la humanidad

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Autor: mercedAdmin

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